La temporada de baloncesto universitario de la NCAA comienza en noviembre de cada año con varios torneos de principios de temporada. Después de una temporada en la que finalizó segundo por el premio del Novato del Año, Williams terminó cuarto en la votación al Jugador de Mayor Progreso, logrando importantes avances en anotaciones (19.1 puntos por partido), camiseta de lebron asistencias (4.5) y eficiencia (62.1 % de tiros reales) mientras que normalmente asumía la segunda tarea defensiva más difícil en el perímetro. Sólo los Lakers de Shaquille O’Neal y Kobe Bryant frenaron a los Kings en el Oeste en la temporada 2001/2002. El estilo de juego alegre de aquel equipo se convirtió en un referente y el pívot balcánico era una pieza decisiva. Apodada “Lady Magic” por su estilo de juego, quizá sea más conocida por ser la entrenadora que “resucitó” a Martina Navratilova. Estamos en unos tiempos donde los detalles suman y restan que da pavor, así que más les valdría a los ‘señores del deporte’ ser un poco más detallistas.

Tras el deporte rey, el todopoderoso fútbol en el que la selección femenina se muestra rotunda, aparece el baloncesto, el hermano que un día ya lejano fuera pequeño y que hoy es grande, muy grande, y proporciona tantas alegrías que no deja de pulverizar récords. Pelé, fue un futbolista brasileño que jugó como delantero. Pero es que casi todos los casos recientes demuestran que son las federaciones -controladas mayoritariamente por varones- las que están aplicando criterios anacrónicos, o como mínimo muy poco atentos al sentir general (como mínimo al femenino) a la hora de ‘atacar’ la cuestión de las equipaciones de las mujeres. Su propio secretario general, Patrick Baumann, defendió la propuesta con frases como «son unas grandes atletas, pero también unas atletas muy hermosas, y no hay razones para no mostrarlo» o «no hablamos de ir hacia el uniforme del voley-playa, sino de hacerlo confortable, pero más femenino». Claro que también nos valdría más a todos abrir nuestros oídos a las voces de las propias deportistas, que son las que tienen más que decir, si les da la gana, claro, al respecto. La mayoría de las señales indican que la pareja Irving-Jeffries ya no existe, pero eso no la excluye de hacer esta lista.

Nueva Orleans es una ciudad con enseñanza alta, camisetas basket nba con más de &&&&&&&&&&050000.&&&&&050 000 alumnos matriculados en carreras de entre dos y cuatro años en las instituciones que otorgan títulos en la región. Con 39 años fue seleccionada en el primer draft por las Phoenix Mercury en 1997 y, 11 más tarde, celebró su 50 cumpleaños disputando un encuentro con las Detroit Shock. Su juego en redes sociales (bien sea en sus publicaciones en Instagram o Twitter) es entretenido y juega para las cámaras prácticamente en toda ocasión. CerrarBasada en hechos observados y verificados de primera mano por el periodista, o reportados por fuentes fiables y bien informadas. El zapato fue lanzado por primera vez en 1986 y ha sido reeditado para honrar la historia del zapato e ilustrar su atractivo atemporal. Formó, junto a Larry Bird y Robert Parish, quizás el mejor trío de jugadores altos de toda la historia de la NBA.

Anna Cruz escribió anoche otra página en la historia del deporte español al convertirse en la segunda española en jugar unas Finales de la WNBA. De esta forma su ropa «haría más atractivo el deporte». Pilar Calvo, secretaria general de la Asociacion Para Mujeres en el Deporte Profesional da algunas claves para comprender por qué todavía debemos asistir a este tipo de conflictos que tienen su origen en una mirada sexista (sea consciente o inconsciente, lo cual es irrelevante) desde las propias federaciones de determinados deportes: «El principal problema es que dado que las mujeres están infrarrepresentadas en los órganos de gobierno de las federaciones, tienen una influencia casi nula en el proceso de toma de decisiones en este tema y en todos los demás». Buscamos las claves de este recurrente desencuentro entre deportistas y federaciones. Lo dejó al descubierto sir más lejos, en 2012 la Federación Mundial de Bádminton con un nuevo reglamento que estipulaba que las jugadoras del circuito internacional debían llevar falda o vestido.